Juez civil consideró que planteo de la IGJ para que se reabra investigación surgida de Panama Papers debe quedar incluida en el proceso que tramita la herencia y el patrimonio del patriarca del clan. Apelación a “cosa juzgada írrita” encierra polémica. Mala semana para tema familiar de expresidente
En plena ebullición sobre los señalamientos que el hermano de Mauricio Macri le hizo a través de un libro catártico, y luego de que la IGJ se adentrara en la aventura de pedir “cosa juzgada írrita” sobre un fallo que lo desligó, la justicia civil decidió echar un manto de piedad sobre el intento de resucitar la investigación sobre offshore ligadas al expresidente. El juez a cargo del juzgado civil N°42 Eduardo Maggiora decidió ayer que el reclamo del organismo que conduce Ricardo Nissen trámite en el mismo expediente que bucea en el complejo trámite sucesorio de Franco Macri. De alguna manera, implica un dique de contención para que los análisis jurídicos de su desarrollo empresarial queden contenidos dentro de un universo más complejo por el tironeo de la herencia del fundador de SOCMA. Le asegura al menos una ventaja: el secreto y la confidencialidad de los hallazgos.
Sin embargo, si ese magistrado rechaza hacerse cargo de la brasa caliente que está empujando la Inspección General de Justicia, será la Cámara Civil la que defina el destino del planteo que sugirió que hubo una decisión judicial “fraudulenta”. Párrafo aparte, la definición jurídica y sus implicancias a futuro al usar una figura tan controvertida es un arma de doble filo que hasta ahora nadie se atrevió a avalar para no sentar una doctrina respecto a un asunto más que espinoso. Abrirle la puerta a la reapertura de casos bajo esta modalidad -no solo para algunos atenta contra la seguridad jurídica- sino que lo registran como un peligroso antecedente para anular sentencias firmes que podría ser manoteado en causas con contenido político.
En una resolución simple, el juez detalló que recibió la demanda de la Inspección General de Justicia luego de la recusación con causa al juez Andrés Guillermo Fraga que había clausurado la investigación exculpando a Mauricio de la titularidad de dos offshore “Fleg Trading Ltd.”, registrada en Bahamas, y “Kagemusha SA”, montada en Panamá, ambas reveladas en los Panama Papers. Fraga consiguió en 2019 un ascenso a la Cámara Federal de Apelaciones de San Justo, que hoy no existe más que en los papeles.
El juez analizó el pedido de nulidad de la demanda “Macri, Mauricio c/ Macri, Francisco s/ Acción meramente declarativa (Expte. N°: 90.166/2016)” y que dos juzgados lo esquivaron, ya que los demandados son Mauricio y los sucesores de Franco. Por eso y con cita al Código Civil y Comercial, se argumentó que “el juez competente para entender en el proceso sucesorio debe conocer en las acciones de petición de herencia, nulidad de testamento, de los demás litigios que tienen lugar con motivo de la administración y liquidación de la herencia, de la ejecución de las disposiciones testamentarias, del mantenimiento de la indivisión, de las operaciones de partición, de la garantía de los lotes entre los copartícipes y de la reforma y nulidad de la partición”. Para conclusión: “el juicio sucesorio atrae a las acciones personales emergentes de las obligaciones contraídas en vida por el causante”. En ese entendimiento, la nulidad al fallo que exculpó a Mauricio a partir de no haber recibido dividendos de los cargos en los que figuraba gracias a su padre, quedará -con fuerza centrípeta- atraído al centro del patrimonio del patriarca del clan Macri.
“Entiendo que tal como lo sostiene la parte actora, las presentes actuaciones se encuentran alcanzadas por el fueron de atracción que ejerce el proceso sucesorio de Francisco Macri”, afirmó el juez. “No debe perderse de vista que, en definitiva, la acción que aquí se promueve podría incidir en la composición del patrimonio hereditario del sucesorio del demandado”, agregó. Las acciones podrían dejar de pertenecer entonces a Franco, si se anula la decisión de Fraga. Dándole la razón a la IGJ, incluso, la cuestión pasa entonces, salvo oposición expresa, a quedar en el marco de una pelea mucho más grande: la de la herencia.